JOSÉ DE
ESPRONCEDA
Nació en
Almendralejo, España el 25 de marzo de 1808 en Madrid.
Fue un escritor
de la época del romanticismo.
Murió a los 34
años el 23 de mayo de 1842 en Madrid a causa de una enfermedad
llamada garrotillo (difteria).
Estudio en el
colegio San Mateo de Madrid. A los 15 años creó con sus amigos
Ventura de la Vega, y Patricio de la Escosura una sociedad secreta
que llamaron numantinos para vengar la muerte de Rafael del Riego.
Denunciado por
sus actividades intelectuales en 1825 fue condenad a exiliarse de
Madrid durante 5 años finalmente su condena fue acortada a 3 meses
que cumpliría en un monasterio de Guadalajara donde su padre estaba
destinado.
En 1827 se marchó
a Portugal donde se enamoró de Teresa Mancha hija de un coronel
liberal. Y después a Inglaterra para establecerse finalmente en
Francia en condición de exiliado liberal. En el año 1830 participó
en una sociedad revolucionaria en Paris, poco después Teresa se
casaría por orden de su padre con un coronel llamado Guillermo del
amo, antes de casarse la rapto y con ella se volvió a España, tras
la muerte de Fernando VII en 1833. En 1838 Teresa se apartó de
Espronceda y murió poco después.
Cuando el rey
murió Espronceda se dedicó a la política y al periodismo. En 1836
es nombrado secretario de la legación española en la Haya y poco
después fue elegido diputado progresista en Almería, pero las
elecciones se anularon. Fue elegido parlamentario. Murió a los 34
años de garrotillo (difteria).
Obras:
- El Pelayo en octavas reales. Poema histórico pero que dejó inacabado.
III
Al blando son de la armoniosa lira
oigo la voz de alegres trovadores,
el aura siento que fragancia espira,
y al eco escucho murmurando amores;
al sol contemplo que a Occidente gira
reverberando fúlgidos colores,
do la corte del godo poderío
se alza orgullosa sobre el áureo río.
(Fragmento
de "El Pelayo")
- Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar. Novela histórica.
"Traía vestido un sayo baquero y abarcas por zapatos; llevaba en la mano izquierda un arco y algunas flechas suspendidas de un cinto de cuero, que le aseguraba asimismo un hacha de armas de dimensión disforme y extraordinario peso, y pendiente de una cuerda que le rodeaba los hombros colgaba a su espalda una bocina o cuerno de cazador."
(Fragmento de "Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar")
- El pastor Clasiquino. En 1835
"Y estaba el pastor Clasiquino, sencillo y candido, recordando los amores de su ingrata Clori (2), en un valle pacífico, al margen de un arroyuelo cristalino, sin pensar (¡oh!, ¡quién pudiera hacer otro tanto!) en la guerra de Navarra (3) y embebecido en contemplar el manso rebaño, símbolo suyo. "Églogas —decía—, venid en auxilio mío aquí donde la máquina preñada (es decir, el cañón) y el sonoro tubo (la trompeta) (4) no vienen a turbar mis solaces".
(Fragmento de "El Pastor Clasiquino")
-
Un tomo de Poesías donde hablaba de temas como el placer, la
libertad, el amor, el desengaño, la muerte, la patria, la tristeza,
la duda, la protesta social, etc. en 1840
A UN RUISEÑOR
Canta en la noche, canta en la mañana,
ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.
Teñido el cielo de amaranta y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.
Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.
Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo süave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.
(Fragmento de la poesía "A un ruiseñor")
EL ESTUDIANTE DE SALAMANCA
Una calle estrecha y alta,
la calle del Ataúd
cual si de negro crespón
lóbrego eterno capuz
la vistiera, siempre oscura
y de noche sin más luz
que la lámpara que alumbra
una imagen de Jesús,
atraviesa el embozado
la espada en la mano aún,
que lanzó vivo reflejo
al pasar frente a la cruz.
(Fragmento de "El estudiante de Salamanca")
-
El diablo Mundo, un poema filosófico en 1841.
CORO DE DEMONIOS
Boguemos, boguemos,
la barca empujad,
que rompa las nubes,
que rompa las nieblas,
los aires las llamas,
las densas tinieblas,
las olas del mar.
Boguemos, crucemos
del mundo el confín;
que hoy su triste cárcel quiebran
libres los diablos en fin,
y con música y estruendo
los condenados celebran,
juntos cantando y bebiendo,
un diabólico festín.
(Fragmento de "El diablo Mundo")
También escribió poemas cortos a los que llamó 'Canciones' en las que destacan: "La canción del pirata", "A jirafa en una orgía", "El verdugo", "El mendigo", "El reo de muerte" o "Canción del cosaco".
EL VERDUGO
Al que a muerte condena le ensalzan...
¿Quién al hombre del hombre hizo juez?
¿Que no es hombre ni siente el verdugo imaginan los hombres tal vez?
¡Y ellos no ven
que yo soy de la imagen divina
copia también!
Y cual dañina
fiera a que arrojan un triste animal
que ya entre sus dientes se siente crujir,
así a mí, instrumento del genio del mal,
me arrojan el hombre que traen a morir.
Y ellos son justos,
yo soy maldito;
yo sin delito
soy criminal: mirad al hombre
que me paga una muerte; el dinero
me echa al suelo con rostro altanero,
¡a mí, su igual!
(Fragmento del "verdugo")
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